Un clásico del San Martín: Tortu, el vendedor ambulante que es parte del alma del conurbano

En una edición especial del programa Sin Permiso, conducido por Lau Chazarreta, se vivió un emotivo encuentro con uno de los personajes más entrañables del conurbano: Tortu, vendedor ambulante histórico del Tren San Martín y verdadero emblema popular de José C. Paz.

En un programa cargado de emoción, humanidad y memoria popular, Tortu compartió su historia de vida, marcada por la lucha diaria, el rebusque y una conexión profunda con el ferrocarril, ese que recorre el corazón del Gran Buenos Aires y forma parte inseparable de su identidad.

Un símbolo sobre rieles

Tortu no es un pasajero más del San Martín: es parte del tren. Con sus relatos, su carisma y su presencia constante en los vagones, se volvió una figura reconocible y querida por miles de usuarios. Su vida —como la de tantos trabajadores del conurbano— transcurre entre estaciones, recorridos y una batalla diaria por ganarse el pan. Pero también entre afectos, anécdotas y una mirada comprometida con su barrio y su gente.

“Cuando hablo de la riqueza humana de quienes habitan nuestra ciudad y trabajan diariamente por una mejor sociedad, hablo de personas como él”, expresó Lau Chazarreta durante la emisión. Y no es para menos: Tortu representa a esos vecinos que construyen identidad desde lo cotidiano, que con su trabajo informal sostienen familias, historias y cultura popular.

El tren como escenario de vida

En el programa se repasó la historia del Tren San Martín como parte vital de la identidad paceña, entrelazada con la trayectoria de Tortu. Su testimonio deja entrever las transformaciones del conurbano, la precarización, pero también la resistencia y el ingenio con que muchas veces se enfrenta la adversidad.

Fue una charla cargada de emociones, recuerdos y orgullo ferroviario. Una historia de vida entre rieles que merece ser contada, celebrada y reconocida.

Porque si hay algo que define al conurbano profundo es su gente. Y personajes como Tortu son parte de ese patrimonio social vivo que Sin Permiso se propone rescatar, visibilizar y agradecer.

 El San Martín no se entiende sin personajes como él.